Visto por un numismático (desde 1973 hasta hoy) / última actualización noviembre de 2021
Esta sección les podrá dar ideas, ayudar a comprender más su afición, quizá servirle de guía al que se inicia, e incluso, al que lleva años coleccionando, es posible que le aporte diferentes perspectivas sobre su colección, sobre el aspecto lúdico, la inversión, el aprendizaje, cómo coleccionar, qué coleccionar, el ansia de poseer y guardar del ser humano, los diferentes tipos de colecciones, los recursos, las referencias, los contactos, como archivar, nuevas áreas de colección, vender, etc.
Creo que esto de coleccionar, como muchas otras cosas, es una experiencia personal.
Forma parte de la cultura humana, y es que el ser humano, por diferentes razones, ha creado multitud de objetos para muy diferentes usos y a su vez también poseerlos, conservarlos y coleccionarlos. Razones no faltan: por la satisfacción de poseerlos, por su valor, belleza, antigüedad, arte, cuestiones de historia y cultura, estilo, etc.
¿Cómo llegó uno a aficionarse al dinero de otros tiempos?
Primero, está claro, porque estos objetos existen, después cada caso puede ser diferente, pero de seguro que no fue porque se lo inculcaron.
Puede ser fruto de la curiosidad, por el afán de acaparar y poseer algo, también puede ser que uno tenga un amigo o un grupo de amigos que coleccionan y se aficione o que se acerque a ello porque le atraiga la vertiente de la inversión.
En fin, cada uno sabrá como empezó. A mí, como comerciante, a menudo me ha parecido que los coleccionistas se formaban más bien solos y de forma espontánea.
Por otra parte, también al coleccionista, le gusta ser un tanto autodidacta, pues no hay nada mejor y que aporte mayor satisfacción que ser el protagonista de su propia colección.
Y está claro que como director de algo, uno le aporta su saber hacer, que ha aprendido y desarrollado en otras áreas de la vida, aunque inevitablemente con mayor o menor acierto, ya que es difícil, si uno es el único director y si no existe mucha experiencia o algún tipo de asesoramiento, el hacerlo lo mejor posible.
Pero en el fondo no importa, aunque uno quizá se haya equivocado o pudiera haberlo hecho mejor, pues no es necesario ser perfecto y lo que importa al fin es lo que ésta le haya aportado y si con los medios de que ha dispuesto haya hecho algo que haya merecido la pena: una colección bonita e interesante.
Por supuesto también cuenta lo que haya disfrutado, aprendido con la misma, a quién haya conocido o lo que le haya enriquecido su vida. Y es que cada uno aplica a su colección su impronta, y por eso cada colección, como fruto de la propia persona, dice mucho de quien la hace.
Pasos iniciales para tener una colección numismática
Una cuestión importante, que se sigue sólo en uno de cada millón de casos, es plantearse lo que uno está haciendo, por qué y cómo.
Para el coleccionista que empieza, unas ideas:
Comprarse un catálogo
Lo primero, comprarse un catálogo para ver qué monedas hay y su valor y así poder hacer una mínima planificación de lo que se puede coleccionar y lo que es factible.
Tenga en cuenta que el grado de conservación es determinante en el valor de una moneda. Siempre podrá hacer una colección de piezas en calidad normal con un coste económico, en calidad intermedia con precios menos asequibles, con piezas de primera calidad, que no es imposible pero sí es otro tema y en calidad lujo, que ahí ya ni le cuento.
Tener una lupa
Es conveniente tener una lupa con 5 aumentos para ver detalles, en especial para la moneda española, también deben aprender a conocer cuestiones de las monedas que les afectan, como los golpes, la corrosión, el desgaste, etc.
Conocer el mercado
El que colecciona tiene la obligación de conocer el mercado para saber dónde poder comprar, tanto directamente como a distancia. En principio aconsejo ir viendo, comprar por aquí y por allá, no desechar a nadie, y aunque sea un comerciante más caro ver lo que vende.
Cuando tenga suficientes conocimientos ya podrá elegir que proveedores prefiere y en quién puede confiar, pues nos ocurre a todos que nadie sabe de todo y a menudo hay que pedir consejo, para no perderse.
Entender de precios
Sobre la cuestión de precios, los catálogos los llevan pero no se pueden tomar al pie de la letra pues en general son más bien orientativos. Es mejor ver el mercado o consultar a un profesional lo que puede costar. Sepan que los precios varían mucho dependiendo del grado de conservación.
Por otra parte es necesario establecer que va a buscar primero: calidad o precio, aconsejo no dejarse cegar buscando precio antes que buscar una calidad aceptable o una pieza bonita, con el tiempo lo bien comprado sube de precio y lo malo no. Tengan en cuenta que las monedas no se han hecho para coleccionar y que lo que valen son las calidades altas.
Una buena norma es comprar lo que le guste: poniendo el precio en 2° lugar, no se equivocará. Inicialmente no le importe cometer errores e incluso pagar más de lo que vale o comprar piezas deterioradas, le servirá de experiencia y sólo el tiempo le dirá si sus decisiones fueron acertadas o no, o si una compra fue una buena inversión o no.
Lo importante es formar una colección que sea interesante y valga la pena.
Guardar bien las monedas
A la hora de guardar las monedas, en un principio, que ni se tiene gran cantidad de piezas ni una gran organización ni experiencia, lo mejor es guardarlas en un álbum.
Más adelante, cuando la colección vaya perfilándose tendrá que elegir cada tipo de moneda cómo guardarla.
Desde luego se pueden combinar los sistemas, dependiendo del tipo de moneda y el valor y atendiendo a cuestiones de la mejor forma de conservarlas, si se trata de cobre rojo nuevo es conveniente no esté en contacto directo con el plástico, si son monedas antiguas y oscura mejor que no estén encartonadas pues no se ven bien, si son de plata PROOF encartonarlas para que no cojan coloraciones o ponerlas si a uno le gusta en cápsulas, etc.
No deseche ningún sistema sino mire lo que ofrece el mercado y pida consejo antes de decidirse, al final la inversión puede no irse mucho de un sistema a otro, como comprar muchos álbumes con hojas puede equivaler a un archivador, también mire el espacio que ocupan, y desde luego, si va teniendo piezas de valor vaya pensando en una caja fuerte.
Saber qué coleccionar
¿Qué coleccionar? Aquí debe plantearse que tipo de coleccionista es usted, si es que lo sabe, ¿le gusta coleccionar temas o piezas concretas o por el contrario puede tener piezas de todos sitios y de todos los periodos sin que esto le represente un problema?
Sobre el coleccionismo hay monedas y billetes (papel moneda), de moneda está la española, la extranjera o la antigua: española (que es lo que más se encuentra en España) hay lo moderno, el Centenario, Borbones, Austrias y medieval (hispano árabe, castellano y de otros: Navarra, Aragón, Cataluña, Valencia, Baleares, Rosellón…), de extranjero se pueden hacer países concretos o también ir picoteando, porque a veces la labor es imposible pues no se encuentran las monedas que uno busca, y de moneda antigua hay griego (podrá comprar una cantidad de piezas pero no es fácil tener muchas), ibérico e hispano-romano (puede coleccionarse), romano (aquí hay un campo bastante amplio),bizantino y otros.
Una colección viva
Es importante mantener nuestra colección viva, dígase no parada sino activa aunque sea adquirir alguna pieza de vez en cuando, pues sino se corre el riesgo de ir olvidándose y ni se disfruta y se mantiene la ilusión por ella ni nada.
No es necesario gastar fortunas, pues es cierto que hay piezas caras que siempre faltan pero también las hay económicas que a uno le pueden faltar, y si no le falta ninguna entonces es mejor ampliarla a nuevas áreas. También siempre se pueden mejorar piezas o comprar cada varios meses algo, aunque sea para matar el gusanillo.
Disfrutar de la colección
Para ello es importante tenerla a mano para poder verla. También es muy importante como la presentación, cómo la guardamos, en álbum, en bandejas, de qué tipo, ¿nos gusta cómo están presentadas?.
Aquí los numismáticos habrían de aprender de los filatélicos tanto a presentar sus colecciones como a disfrutarlas, y quizá no sólo centrarse en acumular piezas, en su valor económico o de mercado y en coleccionar e ir rellenando huecos sin más (aparte de la ansiedad que esto pueda producir).
Así, uno puede dedicar tiempo a su estudio (y en numismática hay muchos libros al respecto), apreciar su belleza y estilos, ,mejorar su presentación, etc.
La moneda no se hizo para…
La moneda no se hizo para… coleccionar.
Es un hecho que cada Estado cuando encargaba monedas a su fábrica, en general, no lo hacía para que la gente las coleccionara, en todo caso si hacía conmemorativas si que podría pretender que las guardaran pero sin más. Las monedas eran de plata o de oro para tener un valor adquisitivo que a la gente le pareciera bien.
Esto nos lleva a que el coleccionismo no es un factor inducido sino es natural en el ser humano. Mucha gente en su momento guardó monedas como una forma de tener algún valor, por su contenido en oro y plata en especial, pero no pretendiendo de ninguna manera el formar una colección. Si que habría la típica persona, en general del sexo masculino, que mirara las monedas con curiosidad y que se dedicara a estudiarlas, a clasificarlas y a guardarlas por su valor histórico. Esto fue el coleccionismo..
Con la frase ‘no son para coleccionar’ me refiero a todas aquéllas colecciones basadas en especial en las monedas de plata que circularon en Francia, Suiza, Holanda, Alemania, Estados Unidos, etc. en los años 1940 hasta 1970. Monedas en general acuñadas en grandísimas cantidades y por eso también no de mucho interés.
El hacer este tipo de monedas, básicamente de plata, no se puede considerar una colección muy seria, sino más bien para comprar plata y divertirse sin apenas correr riesgos. Es decir, que una colección no se puede basar en estas cosas ni en esta forma de hacer las cosas pues se es más un arreplegador que otra cosa.
Una colección se trata de piezas de calidad más bien alta, pues en calidad baja las monedas se acercan al precio del metal. Las malas piezas no las colecciona casi nadie, se venden en lotes y se adquieren por casi nada, lo que pasa es que cuando uno las tiene trata de venderlas a algún precio y son las monedas que más van por ahí.
De hecho en la actualidad hay monedas en grandes cantidades de todos los países de las últimas 7 u 8 décadas con valores de plata y lo que no es plata y el Banco no cambia al peso de chatarra.